Día mundial da calceta en público en A Troia

 

Cuando eramos pequeñas  en la mayoría de las casas las madres calcetaban, nos hacían las chaquetitas, bufandas, gorritos, calcetines, estábamos oyendo siempre el: punto bobo, punto elástico, punto de arroz, en el colegio ya teníamos nuestras clases de labores, se nos enseñaba el punto de cruz, los bodoque, y aprendíamos a calcetar y ganchillar por nuestra cuenta, con la ayuda de unas horquillas que abríamos de nuestras abuelas. Eso que era tan bonito se perdió con el tiempo, ya venían las prendas hechas aunque fuesen de China. Las tiendas dedicadas a la venta de madejas cerraron, pocas fueron las que sobrevivieron, las que lo hicieron merece que se les rinda un homenaje por el tesón que demostraron, ya que no ha sido fácil.

De un tiempo a esta parte está volviendo la afición por la calceta, están proliferando una serie de grupos que se reunen en torno a unas agujas, en Santiago de Compostela hay un grupo encantador que se junta una vez por semana en M Café e copas, y que una vez también al año se reunen para celebrar el Día mundial da calceta en público, ya es el segundo año que se celebra delante de mi panadería, es precioso, cada uno trae su silla y pasamos una tarde muy agradable, incluso hay alguna extranjera que se sienta con nosotros a calcetar. Estáis todas invitadas a compartir un rato entretenido con todas nosotras, eso si, por favor traer en donde sentarse, agujas tenemos nosotras. Un biquiño a todas y todos, ya que calcetar y ganchillar es tan democrático que lo puede hacer todo el mundo.